Diversos pensadores afirman que el fin último del hombre es la felicidad, pero ¿qué pasaría si, de un día para otro, despertáramos en un mundo completamente tecnificado para tal fin? Fahrenheit 451 nos presenta una sociedad distópica que “facilita” el bienestar de sus individuos mediante la censura y la represión; una sociedad en que la tecnología, la explotación de las masas y la presión de las minorías alentaron la desaparición de los libros. Y el gobierno supo sacar ventaja de ello: se convirtió en un totalitarismo “encubierto”, bajo la máscara de una supuesta promesa de felicidad continua.
Aunque resulte difícil de creer, más de sesenta años han transcurrido desde la publicación de Fahrenheit 451. Y si bien su autor, Ray Bradbury, ha aclarado en más de una ocasión que su intención nunca fue hacer predicciones sobre el futuro , sus advertencias ya no se encuentran tan lejanas a nuestra realidad. Somos testigos de sus avisos más preocupantes: los que han empezado a cumplirse.